lunes, 15 de enero de 2018

Las Campos en Nueva York y en Miami

María Teresa Campos y sus niñas, Terelu y Carmen Borrego, volvieron a casa por Navidad como el turrón. La tercera entrega del reality ha constado de dos partes: una en Nueva York y otra en Miami. La saga matriarcal no defraudó, al contrario han superado expectativas con la obscenidad y ordinariez que caracteriza a la periodista y especialmente a sus hijas. 

La primera parte del docu-reality, rodada en las calles de Nueva York, fue suave comparada con el segundo capítulo grabado en Florida. Durante los días que estuvieron en una de las principales ciudades de la costa este, las campos se comportaron como las clásicas turistas visitando los míticos lugares de la city, engullendo comida rápida por las calles de la Gran Manzana, comprando en las tiendas más emblemáticas y caras de la Quinta Avenida y en el no tan glamuroso y sofisticado barrio de Chinatown. Durante el capítulo, Terelu, fue la encargada de hacer de guía por la isla a su madre y a su hermana, ya que por lo visto, la mayor de las hijas de la Campos, hace años tuvo un novio que vivía en Nueva York y gracias a esta relación se conocía bastante bien la ciudad.


De la primera parte de la tercera temporada, de uno de los mejores y más surrealistas realitys que nos ha entregado la historia de la televisión, lo único que merece la pena señalar serían dos momentazos protagonizados por Terelu, uno en el que aparece sin parar de comer perritos calientes, parece que no ha dejado un puesto vivo en toda Manhattan y otro en el que, mientras devora un hot dog, simula un orgasmo, en honor a Meg Ryan en Cuando Harry encontró a Sally en una de las escenas más famosas de la historia del cine. Quizás el momento más sonrojante del reality, por lo menos para mí, es la parte en que María Teresa Campos, disfrazada de Audry Hepburn en Desayuno con Diamantes, posa con un café en una mano y un cruasán en la otra, a las puertas de Tiffanys, no sé muy bien con qué objetivo y/o sentido.Por lo demás, no hay nada nuevo bajo el sol en las actuaciones y confesiones de las campos por las calles de Nueva York.


Sin duda, la mejor parte de esta entrega, y seguramente de todas las que se han emitido hasta el momento, es la que se ha rodado en las calles y en las playas de Florida. Por la razones que sean, mamá campos se ha quitado del medio en este capítulo, apareciendo bastante poco, y casi todo el protagonismo ha recaído sobre sus niñas, especialmente en Terelu, que según avanzan las temporadas de este docu-reality cada vez nos deja momentos más gloriosos , estoy convencida que pasaran a los anales de la historia de la televisión. Atrás queda aquella Terelu aparentemente seria, distante, segura de sí misma,  pija y sofisticada, por una nueva versión de la personalidad de la presentadora y colaboradora, mucho más auténtica, natural, ordinaria y esperpéntica. La hija mayor de María Teresa Campos, ha dejado, consciente o inconscientemente, sus miserias al descubierto y se revela como una mujer con muchas carencias e inseguridades, en la que su falta de fuerza de voluntad y su cero tolerancia al esfuerzo y la frustración la convierten en un personaje tan corriente como encantador. 

Su hermana Carmen, la que estoy convencida que se gasta muchísima mala uva,  y a la que su reciente popularidad en los medios se le ha subido en todo lo alto, me sigue resultando un personaje coñazo: cada vez que aparece en mi pantalla o bajo el volumen hasta dejar el aparato sin sonido para no escucharla,  o directamente apago la televisión. No me gusta ni como famosa, ni lo que puedo intuir de ella como ser humano.  Creo que es de esas típicas personas, narcisistas y acomplejadas, que se cree mucho más de lo que en realidad es. Sin embargo tiene un momento en Miami que merece especial mención en las líneas de este blog, tanto por fascinante como por espeluznante. Durante el reality las hermanas Campos realizan una especie de entrevista a Gianluca Vacchi,  un italiano de 49 años, multimillonario, que cuenta con más de 10 millones de seguidores en Instagram donde , por cierto, muestra a todos sus seguidores, su exclusivo estilo de vida. Antes de entrar en la casa del millonetis, mientras suben en el ascensor del edificio de la espectacular vivienda de Vacchi,  la Borrego, alecciona a su hermana Terelu "Esta es tu última oportunidad para quedar aquí. Le encanta la fiesta, es como tú. Y lo que tiene (el dinero) es lo que nos interesa. Tú ponte mona y sé fina”. 


Repito, la frase es tan espeluznante como apasionante. A nivel personal,  los intereses de las niñas Campos a la hora de fijarse en los hombres, te pone el estómago patas arribas, a nivel de espectáculo y televisivo, que es lo que de verdad me importa, el comentario me parece sencillamente espectacular. 


El sábado 13 de enero, los principales periódicos nacionales pusieron a la saga matriarcal televisiva a caer de un burro, calificando el episodio de surrealista y grosero, entre otras muchas cosas.  Sin embargo, a pesar de las criticas y de los aires de superioridad que se gastan algunos medios de comunicación respecto al reality de las Campos, el que consideran uno de los más molestos y desagradables de cuanto se han emitido hasta ahora, sigo pensando, como espectadora y como conocedora de los medios y de contenido que se emite en ellos, que este docu-reality es uno de los mejores que se han publicado, el mirlo blanco de la telerealidad, la madre del cordero de todos los realitys y Terelu, lejos de estar acabada como personaje, según avanzan los capítulos, se revela como la protagonista absoluta e indiscutible, la gran estrella del reality español, la Paco Martínez Soria del siglo XXI. 


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